Cisternas de Cartago

“Y no hubiera podido elegir otro destino más conveniente para mis excursiones que el camino hacia Cartago. No lejos de La Goleta después de haber pasado cerca de la costa del mar por la casa señorial en estilo europeo del Hasnadar y unas plantaciones de plátanos y palmeras empieza a subir el suelo poco a poco y se levanta a una cresta sin importancia, en parte totalmente desierta, en parte cubierta de trigo. En esta región donde por el momento solo los árabes nómadas levantan sus tiendas oscuras, hechas de pelos de camellos o viven en unas cabañas hechas de unos pocos palos secos, existía en su tiempo Cartago. Solo pocas huellas quedan de esta antigua ciudad conocida en todo el mundo, por aquí y por allá tirado por el suelo algunos arcos rotos de un acueducto, algunas piedras y trozos de mármol son casi lo único que queda del esplendor de entonces. Lo que está bastante bien conservado son las maravillosas cisternas, aproximadamente una docena.

(f.7 Cisternas de Cartago)

Constan de una serie de bóvedas acompañadas por pasillos laterales subterráneos que están en parte llenas de agua de lluvia, en parte completamente secas y sirven a las palomas salvajes y lagartos “ojo punto” (Lacerta ocellata) como lugar de estancia.”

Archiduque Luis Salvador de Austria, Tunis. Ein bild aus dem nordafrikanischen leben, Heinrich Mercy, Prag, 1870

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