Mallorca

Vidrio, fundición, cerillas y gas.

"Pasemos seguidamente a la producción de vidrio, de la que Palma cuenta con tres fábricas; una cuarta, situada en los bajos del edificio del “Temple” no hace mucho tiempo que cerró. Estas fábricas no tienen sino un horno propio y producen exclusivamente vidrio hueco, de tono blanco, verdoso y negro. Se trata de artículos muy comunes, como grandes botellas con tapón de vidrio para el vino de mesa, y otras de cuello alargado y fino que acaba en una especie de vaso, para aguardiente. También aceiteras y recipientes similares, especialmente damajuanas, que en mallorquín se llaman “barrals” y que por lo regular se recubren con un entretejido de esparto o mimbre y proveen de una o dos asas igualmente tejidas.

En Palma también hay tres talleres de fundición que tratan el hierro, el latón y el bronce. El más importante de ellos fue establecido hace años por un trabajador de Sóller quien, aunque exento de cultura y preparación, mostraba gran habilidad para esta suerte de trabajos. Ya en 1830 había construido en Sóller una pequeña máquina de vapor –de las primeras habilitadas en España- que hasta hace poco utilizó en su fábrica, donde aún hoy se conserva. Las principales tareas atendidas en esta fábrica se limitan al forjado y montaje de prensas de aceite, arados, segadores y demás útiles agrícolas, así como de hornos, máquinas de vapor, ruedas y gran variedad de productos similares. Normalmente son 45 los trabajadores empleados. Todos los trabajos se realizan en un edificio de considerables dimensiones con la ayuda de una máquina de vapor.

Si en Palma se concentran 49 talleres de herreros y cerrajeros, en las restantes localidades de la isla ascienden a un total de 141, con licencia para emplear en conjunto entre 650 y 750 trabajadores.

Mallorca cuenta además con cuatro fábricas de cerillas, de las cuales la más importante está en Llucmajor y da empleo por lo regular a 35 operarios. Otra, con una plantilla de doce, se encuentra en las afueras de Palma, concretamente junto a la pequeña ermita de “La Soledad”, en la carretera hacia Manacor.

Sólo hay una fábrica de gas, sita en Palma; pertenece a una sociedad anónima cuyo capital asciende hoy a 1.800.000 reales (473.684 francos) distribuido en 1.500 acciones cuyo valor nominal es de 1.200 reales (314,79 francos).

Aunque la real autorización para el funcionamiento de esta empresa data del 4 de febrero de 1859, lo cierto es que la iluminación de gas ya se instauró el 28 de agosto de aquel año. En principio eran tan sólo 20 los abonados particulares, cifra que aumentó rápidamente, como prueban los ya 70 registrados a finales del mismo año; el número de usuarios aumentó en los años siguientes de forma progresiva, llegándose en el último quinquenio a cierta estabilización."

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: Parte General. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.

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