Mallorca

"Las casas de esa localidad de  1.195 habitantes, 412 en total y todas, salvo 20, de una sola planta, tienen en su mayoría puertas y ventanas rectangulares pintadas de color blanco, a excepción de los marcos y, en el caso de las segundas, de los puntales.

La iglesia de Lloseta, sufragánea de la de Binissalem, fue fundada por Arnau de Togores en 1232, el mismo año en que el Rei Jaume I el Conqueridor le otorgara la autoridad sobre aquellos terrenos con el título de Barón de Lloseta. Cuenta con una torre de base cuadrangular y remate octogonal en cúpula con rústicas columnas laterales que se eleva a 183,75 m. por encima del nivel del mar y presenta un rosetón en la fachada principal. El interior tiene forma de elevada nave con bóveda de cañón sustentada por seis arcos con remates cuneiformes triangulares. Las columnas descansan sobre una cornisa soportada por cuatro pilares con capitel rústico. La capilla del altar mayor, en forma de nicho, conserva la vieja imagen, velada generalmente por una cortina en la que aparecen representados tanto Arnau de Togores como el pastor en la circunstancia del prodigioso hallazgo. En cada lado se abren cuatro capillas en arco de medio punto, incluida la que ocupa la entrada del templo, sostenido por pilastras lisas rústicas.

Pasamos al poco junto al oratorio de la Mare de Déu del Cocó, a un kilómetro escaso de Lloseta Que hizo construir  en 1878 el actual Comte d’Aiamans y Baró de Lloseta Pascual Felip Sanglada Ballester de Togores sobre la misma roca debajo de la cual fuera hallada en 1232 la imagen de la virgen de Lloseta.

Binissalem. Con 2.577 habitantes y 795 casas, de ellas 29 deshabitadas, es una de las localidades más importantes de Mallorca. Se encuentra en llano, pero tan próxima a las estribaciones de la cordillera que abundaremos sobre ella al tratar de esta. Lo que señala especialmente el lugar entre todos los  baleáricos es la calidad de su vino, producido en gran cantidad y tenido por el mejor de Mallorca, y la de sus higos secos, tratados con especial esmero y objeto de reciente exportación. Las casas de la localidad llevan el sello de todos los asentamientos en plano; son mayoritariamente de dos plantas, 683 en total, 77 son de tres y sólo 35 de una sola planta. Suelen presentar un portal en arco de medio punto, o escarzano, puertas rectangulares y ventanas con alféizar voladizo; muchas de ellas están construidas con sillares de marés, y las hay con una especie de atrio sostenido por pilares en el que suelen atarse las bestias de carga; las más dan a callejas sin pavimentar.

En el Carrer del Trui hay una vieja casa cuya data sitúan las gentes erróneamente en el tiempo de los moros. Presenta un rústico arco de medio punto, tres ventanas renacentistas coronadas por sendos doseles cónicos, presentes asimismo en tres esquinas de la casa, y es propiedad de Rafael Pons.

A la izquierda de la iglesia se yergue una torre de cinco pisos, el superior con dos ventanas ojivales y cimera piramidal. El interior destaca por su hermosa presencia y ornato de mármol entre todas las iglesias rurales de la isla, cuyo máximo rango ostenta esta sin la menor duda. El material usado es puro mármol y jaspe de Mallorca, en su mayor parte procedente de las canteras vecinas, y la planta adopta la forma de una cruz latina. Cuatro arcos sostienen la nave principal unidos por los lados. Entre ellos, en la bóveda de piedra gris se entrecruzan las nervaduras en las claves correspondientes. Por encima de la nave transversal se eleva la gran cúpula exteriormente octogonal, sostenida por ocho nervaduras, con lumbreras circulares en su parte superior y varios frescos. Circula toda la iglesia una sólida cornisa de mármol rosado sobre masivas columnas de mármol gris localmente pulido; tres de ellas pertenecientes al brazo longitudinal de la cruz, con capitel pseudorománico; las otras se encuentran en las cuatro esquinas de la nave transversal y capillas laterales pertinentes. A cada lado de la nave principal encontramos tres capillas con sendos arcos de medio punto que nacen de pilastras con capitel similar al descrito. Los altares datan como es habitual de mediados del siglo dieciocho, y de particular ornato es el altar mayor, de mármol, que imita al existente en la Seu de Palma, no desmerece un ápice el existente en la capilla de la Beata Catalina Thomàs, asimismo de mármol y con numerosos adornos de bronce.

Binissalem se comunica con Alaró por una buena carretera, para acceder a la cual se deja la población por el Carrer d’Alaró atravesando seguidamente unas hermosas plantaciones de almendros.

Más arriba y a la izquierda del regato surge un nuevo manantial junto a la desembocadura del arroyuelo que recibe por su derecha. Camino adelante se nos ofrece a la vista el Puig de l’Alcadena y luego el Castell d’Alaró.

Alaró cuenta con 3.577 habitantes y se divide en dos sectores separados por el Torrent de Banyols: Sa Vila d’Amunt y Sa Vila d’Avall. Las casas, 999 en total, de las cuales 95 están deshabitadas, son casi sin excepción de una sola planta, con puertas rectangulares y marco de piedra caliza; apenas se ven portales en arco de medio punto. Presentan ventanas con un alféizar relativamente prominente, algunas con voladizo superior de tejas a modo de vierteaguas, y las hay de construcción más moderna y de dos plantas en las que una cruz de piedra sobre el pedestal cónico acoge al llegado junto a la entrada.

La iglesia presenta un portal dieciochesco y un hermoso rosetón similar a l que adorna la fachada de la parroquia de Binissalem; a la izquierda se adosa una torre techada, rectangular y libre de todo ornato. La bóveda interior se sostiene sobre siete arcos de medio punto con nervaduras simples que se entrecruzan en la bóveda afirmadas en la clave. La capilla del altar mayor es de grandes dimensiones menguantes hacia la parte trasera, mientras que a uno y otro lado de la nave principal se abren seis capillas en arco de medio punto con tímpano sobresaliente por delante a modo de remate de cada arco. La cuarta capilla de la izquierda está ocupada por una de las entradas del templo, por encima de la cual se encuentra el órgano.

En uno delos extremos de la localidad de Alaró se encuentra el camino que ladera arriba por suelo yermo y pedregoso lleva al Castell. Atravesamos hermosas plantaciones de olivos, pasamos junto a la antigua casa de Son Penyaflor, y por el comellar rodeamos y salvamos el manantial enmarcado aquí entre grandes bloques de piedra. Henos ya al comienzo de un sinuoso camino que asciende por las estribaciones inferiores del promontorio ocupado por el castillo, cultivadas en bancales y rebosantes de olivos. Alcanzamos la parte trasera de una Toma en la zona del encinar y a lo largo de la pared rocosa llegamos a la altura del castillo. Las encinas alternan aquí con los pinos y a sus pies medran la jara y el carrizo. Aquí se inician las estaciones del Vía Crucis. Poco más adelante damos con un lugar desde el que se ve a la perfección las dos torres y el paramento que las une.

La puerta muestra unos macizos goznes de hierro y la defienden tres aspilleras. Junto a ella nace el sendero que se dirige a Orient. Una escalera nos lleva a la torre a la que accedemos a través de un arco de medio punto opuesto a otra entrada de forma ojival desde la que se nos hace franco el corredor almenado que se extiende hasta el extremo del fortificado promontorio, coronado a su vez por otra torre con barbacana que domina la gran roca que se cierne a su vez sobre un cortado. En la cumbre de la otra elevación del lugar se encuentra la ermita. En el interior de la torre medra esforzadamente una pequeña encina y guardan el acceso varias saeteras. Llegamos así al oratorio de Nuestra Señora del Refugio, iglesuela quizás de la vieja fortaleza, y desde tiempo inmemorial con carácter de santuario. Hubo en el Puig d’Alaró, aunque no se sabe a ciencia cierta cuando, varios asentamientos eremíticos. El oratorio presenta en su parte anterior un pórtico con arcos de medio punto y dos columnas octogonales que dan soporte lateral al voladizo tejado. La pequeña y modesta capilla muestra un altar de mármol rodeado de imágenes dieciochescas a modo de corte de la estatuilla de la Virgen en madera por encima de la cual se lee la inscripción: “Refugium peccatorum”. En la sacristía se conserva un retrato del eremita Joan Mir, que vivió 48 años en Alaró donde naciera, y luego en Trinidad, donde murió en 1688 a los 48(¿¿??) años.

Desciende entre encinas una senda del oratorio a la ermita, fundada al parecer en el Castell bajo la advocación de Nuestra Señora del Refugio por el señor Joan Coll de Bunyola; más abajo ceden su sitio las encinas a los pinos. Proseguimos a continuación por un sendero abrupto abierto entre los pinos que ocultan la avanzada torre de Sa Cova, junto a la cual, un corte en las rocas permite la iluminación de la Cova de sant Antoni cuya entrada se encuentra en un plano inferior.

Junto a la Cova de Sant Antoni hay aún otra, de pequeñas dimensiones. Desde el balcón de la torre se goza de una espléndida vista del llano hasta la bahía de Alcúdia, de los picos que cierran aquel y delas localidades que lo motean y, en primer plano, de las escarpadas paredes de la montaña. La torre domina justo la cima formando un cuadrilátero con un canto sobresaliente; desde su terraza puede verse tanto la bahía de Palma como aún la distante Cabrera.

La panorámica que se ofrece del pétreo coloso del Castell y de la Alcadena desde una pequeña elevación transformada en jardincillo es sencillamente extraordinaria, abarcando también el llano con el Puig de Randa y la distante Palma con su bahía.

La gran casa de Solleric, con grandes plátanos a la entrada es propiedad de Morell y a ella asciende una carretera.

Un pintoresco puente de madera con pretiles de hierro salva el torrente que cruza el camino y cuyas ribas aparecen densamente pobladas de almeces. A la derecha, a los pies del castillo vemos Son Cladera; a la izquierda Son Verga y s’Alcadena, y en el último plano el Puig de Son Grau. Surge ante nosotros la masiva presencia del Puig de s’Estorell y del Puig de Lloseta y una vez pasado el túmulo de la Alcadena recorremos con la vista la magnífica extensión de s’Estorell con las granjas y casas de labor en su margen izquierda. Prosigue el camino por las estribaciones de la Alcadena y nos descubre al pronto una casa en ruinas a la que siguen otras dos; la primera de estas últimas, Son Cocó, surge entre los chopos al lado del torrente que atraviesa el valle todo; la segunda recibe el nombre de s’Hort Nou. Alcanzamos al fin la carretera que asciende por la riba derecha del torrente salpicada de grandes bloques de piedra entre los que medran solitarias encinas. Un puente de un ojo con calzada amurallada hace paso a la casa de s’Hort Nou con huerto de naranjos y frutales a los pies.

Bajamos una hoyada que desemboca en el valle de Solleric, donde se encuentra la casa de Tossals Verds. Un collado de paso fácil se nos ofrece en lo alto, por detrás del cual se hacen visibles las cumbres del Puig de Massanella. La casa de Tossals, con su pequeño Aljub abovedado en la parte trasera, es como un otero privilegiado sobre el Valle de Solleric, el Puig de Sant Miquel y la Alcadena. Salvamos el Coll por una barrera, admiramos el valle de Almadrà y nos encaminamos hacia el Coll des des Rafals de Massanella por un Bosque de pinos. Después de atravesar dos torrentes llegamos a la casa de Es Rafal, cuyo entorno vivifican las aguas de una pequeña fuente. Frente a la casa se alza un nogal y engalana la puerta un emparrado desde el que es particularmente hermosa la panorámica de Massanella y del llano hasta el Coll d’Artà, el Bec de Ferrutx y las localidades de Selva, Búger y Campanet. Al cabo de un suave descenso que nos permite contemplar en sucesión los notables grupos de casas de Massanella a la izquierda, de Inca, Sant Onofre, Bonany, Sant Salvador, Monti-Sion de Porreres y Randa. El camino de Mancor, ya próximo, desciende al fondo de una hoyada que se abre en dirección a Inca, pero algo más al este."

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: La isla. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.